El consumo directo de las semillas de chía es una buena forma de beneficiarse con su aporte de Omega-3, incluso tras ser prensada para generar aceite y su empleo en forma de harina, técnicamente llamada semilla parcialmente desgrasada.

La riqueza nutricional de la chía, la convierte en ingrediente ideal para adicionar a productos de panificación y a un sin número de preparaciones culinarias y bebidas. Se la utiliza como ingrediente para hacer pan, barras energéticas, suplementos dietéticos, en dietas de aves para producción de huevos y carne y en dietas de vacas lecheras, entre otros. En el caso de consumir la semilla entera, conviene ingerirla molida (harina) o muy bien masticada, para permitir su correcta metabolización. En medio acuoso, la semilla queda envuelta en un polisacárido mucilaginoso, el cual es excelente para la digestión que, junto con el aquenio en sí mismo, forma un alimento nutritivo.

Si bien la moderna investigación de la chía se basa en su gran aporte de ácidos grasos esenciales, estas pequeñas semillas deben ser consideradas como excelentes integradores alimentarios, dada su riqueza en componentes nutricionales. Las semillas de chía representan la fuente vegetal con más alta concentración de omega 3. Poseen un 33% de aceite, del cual el ácido linolénico (omega 3) representa el 62% y el linoleico (omega 6) el 20%. La chía es el cultivo con mayor porcentaje de AGE al tener el 82% de sus lípidos con dicha característica.

Omega 3 - Sobrepeso y otras enfermedades cardiovasculares

Los ácidos grasos Omega 3 pueden brindar protección y defensa contra muchísimas condiciones inflamatorias, desde enfermedades cardíacas hasta la artritis. ¿Está muy ocupado como para incluir este poderoso aditivo a su dieta diaria? ¿Podría complementar con OMEGA 3?

El pescado y los OMEGA 3 son las principales fuentes de este ácidos graso, específicamente de ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido decosahexanoico (DHA), que se han relacionado con un menor riesgo de sufrir afecciones cardíacas y derrame cerebral, como también con niveles más bajos de triglicéridos (los niveles elevados de triglicéridos representan un factor que contribuye a sufrir problemas de colesterol).

Las nueces y los aceites vegetales son fuentes de Omega 3 provenientes de plantas. Contienen ácido alfa linoleico, que cuando se ingiere se convierte en omega 3.

Hay estudios que demuestran el efecto protector de los OMEGA 3 en el corazón. Se ha demostrado que regulan el ritmo cardíaco y previenen contra arritmias. En varios estudios recientes se ha dado a conocer el poder de los OMEGA 3 de reducir el riesgo de sufrir muerte súbita. Investigadores italianos encontraron que un gramo diario de ácidos grasos Omega 3 derivados del OMEGA 3 reducían a la mitad el riesgo de sufrir muerte súbita cardiovascular.

"Numerosos estudios poblacionales han indicado que consumir cinco o más porciones por semana de pescado grasoso durante períodos de tiempo prolongados puede reducir el riesgo de morir a causa de una enfermedad coronaria en aproximadamente un 40 por ciento. Los ácidos grasos Omega 3, conocidos como EPA más DHA, que se encuentran en OMEGA 3 parecen ser ingredientes nutracéuticos fundamentales para la salud. Una prueba más amplia realizada en Italia indicó que el consumo diario de EPA/DHA combinado a 900 mg diarios después de un ataque cardíaco, podría reducir las muertes súbitas durante el seguimiento en un 45 por ciento cuando se suma al consumo de una dieta de tipo mediterránea y al uso de medicamentos cardiovasculares", expresa en Dr. Bruce J. Holub, Instituto DHA/EPA Omega 3, Universidad de Guelph.

Un nuevo estudio realizado en Estados Unidos concluyó recientemente que los suplementos de OMEGA 3 podrían salvar más vidas que los desfibriladores cardíacos.

El Dr. Thomas E. Kottke del Centro del corazón en Regions Hospital, St. Paul, Minnesota, dirigió el estudio que presentó una muestra simulada por computadora de 100.000 norteamericanos y estudios médicos anteriores en su resolución.

Según el Dr. Kottke, la mayoría de las personas en América del Norte no consume suficiente pescado y, por lo tanto, no se están beneficiando de las recompensas saludables del OMEGA 3.

"El principal efecto del OMEGA 3 es la reducción de la muerte súbita…Consumir más pescado también reduce la cantidad de grasas saturadas (grasas dañinas) que la gente ingiere", comenta el Dr. Kottke.

La Asociación americana del corazón, respaldada por investigaciones continuas que reafirman los hallazgos iniciales relacionados con los beneficios de los OMEGA 3 para el corazón, recomienda que los adultos consuman al menos dos porciones de pescado por semana, especialmente caballa, trucha de lago, arenque, sardinas, atún y salmón, que contienen EPA y DHA.

Si bien es preferible obtener su Omega 3 de una fuente alimentaria, es importante considerar los suplementos si no alcanza a cubrir las recomendaciones dietarias. La Asociación americana del corazón alienta a aquellos que han sido diagnosticados con una enfermedad cardíaca o que corren riesgo de sufrirla a que utilicen suplementos de OMEGA 3 (de dos a cuatro gramos con el consentimiento del médico), si por alguna razón no pueden consumir la cantidad recomendada de pescado en sus dietas.

Los OMEGA 3 no sólo afectan de manera positiva a nuestro corazón. Varios estudios recomiendan sus aplicaciones de amplio espectro para nuestra salud general.

Investigadores de la Facultad de medicina de Harvard encontraron que comer una dieta rica en pescados grasos puede reducir el dolor en afecciones inflamatorias como la artritis y también el dolor de articulaciones en general. El estudio concluyó que el efecto antiinflamatorio de dicha dieta tuvo mejores resultados al aplicarse conjuntamente con dosis bajas de aspirina.

Dos estudios recientes llevados a cabo en Australia, ambos realizados en la Universidad del sur de Australia, se suman a la lista de los atributos saludables potenciales de los OMEGA 3/Omega 3. Los resultados de un estudio de 15 días en niños hiperactivos de entre 7 y 12 años sugiere, según la líder del estudio, Natalie Sinn, que el Omega 3 que se encuentra en los OMEGA 3 (y en cápsulas de aceite de prímula) puede mejorar los niveles de concentración y reducir la hiperactividad.

El segundo estudio involucró a 68 participantes con sobrepeso que se dividieron en grupos y a algunos se les administraron dosis diarias de OMEGA 3 y se les solicitó que ejercitaran moderadamente tres veces por semana. Después de tres meses, perdieron un promedio de casi 2,3 kg, lo que indica que los OMEGA 3 pueden contribuir en la lucha contra la obesidad.

Consumir una dieta rica en Omega 3 a lo largo de la vida también se ha relacionado con un menor riesgo de sufrir de Alzheimer. Algunos investigadores están estudiando cómo las cápsulas de OMEGA 3 pueden beneficiar incluso a aquellos en las etapas tempranas del Alzheimer.

Las semillas de chía contienen una muy buena cantidad de compuestos con potente actividad antioxidante (principalmente flavonoides), eliminando la necesidad de utilizar antioxidantes artificiales como las vitaminas. Se ha demostrado que las vitaminas antioxidantes anulan los efectos protectores de las drogas cardiovasculares. El problema de ingerir insuficientes antioxidantes desaparece con una mayor cantidad de alfa-linolénico de origen vegetal, lo que genera otra ventaja sobre los ácidos grasos omega-3 provenientes de productos de origen marino.

Los antioxidantes, además de resultar un saludable aporte dietario y terapéutico, sirven a la buena conservación del aceite. Esto explica como los mayas, sin grandes técnicas de conservación, podían almacenar la harina de chía durante largos períodos sin que se pusiese rancia, algo poco habitual en semillas oleaginosas. Los antioxidantes protegen de tumores, afecciones cardiovasculares, inflamaciones, virus y radicales libres.

Más allá de su excelente perfil lipídico, la chía tiene buena dosis de proteína (23 %), aminoácidos esenciales, entre ellos la lisina, limitante en los cereales. La chía no posee gluten, o sea que puede ser consumida por los celíacos. En materia de vitaminas, es una buena fuente del grupo B. La carencia de vitamina B favorece la formación de depósitos de placas en las paredes arteriales e incrementa el riesgo de afecciones cardiovasculares.

Pero es en materia de minerales que la chía vuelve a destacarse. Posee 714 mg de Ca en la semilla entera y 1180 mg en las semillas parcialmente desgrasadas (harina); para dar una idea, la leche tiene apenas 125 mg, o sea entre 6 y 10 veces menos. Además posee gran riqueza en hierro (16,4 mg), magnesio (390 mg), potasio (700 mg) y fósforo (1.057 mg). La chía también contiene buenos valores de cinc y manganeso, siendo muy pobre en sodio.

Otra virtud de la chía es su buena cantidad (27 %) y calidad de fibra, sobre todo en forma de fibra soluble (mucílagos). Este tipo de fibra retarda el índice de glucosa en sangre y reduce la absorción de colesterol-

Las semillas de Chia gracais a su contenido de Omega 3 pueden ayudarle a " perder el peso" . ¿Cómo puede esto ser verdad? Esto es debido a que las semillas de Chia tiene la capacidad de absorber nueve a doce veces su peso en agua.

Una persona que ha agregado el gel de Chia a su dieta puede comer una comida con las porciones normales, con todo consume solamente la mitad de las calorías que comerían normalmente; más aun , está ingeriendo una comida nutritiva.

¿Cómo? Debido a el aumento en el agua conservada en el gel de la semilla de Chia, la fibra soluble, y las vitaminas, los minerales, y otros alimentos en la semilla de Chia que se gelifica.

La ciencia moderna ofrece al mundo una nueva oportunidad de volver a los orígenes y mejorar la nutrición humana, suministrando una fuente natural de ácidos grasos Omega-3.

Tal vez los factores limitantes para una mayor difusión del consumo de la chía sean, por el momento, el desconocimiento de sus virtudes y el económico. Dado que no se trata de una semilla oleaginosa propiamente dicha y que se procesa artesanalmente en frío, la producción de su aceite es más costosa. Pero este argumento se neutraliza con la baja dosis diaria que se requiere para cubrir las necesidades mínimas. Además siempre se puede consumir la semilla (entera o en forma de harina), alternativa mucho más económica y que permite capitalizar nutrientes que no están presentes en el aceite.

Propiedades terapéuticas: Las semillas de chía aportan los siguientes efectos: antioxidante, antiagregante plaquetario, antiinflamatorio, antimutagénico, anticarcinogénetico, antiviral, laxante, hipotensor, hipocolesterolemiante, hipoglucemiante, inmunoestimulante, tónico cardíaco y nervioso, y alimento mineralizante, vitamínico y proteico.

El consumo de chía resulta útil en casos de celiaquía, depresión, estrés, diabetes, obesidad, problemas gastrointestinales, tumores, artritis, asma, afecciones cardiovasculares y pulmonares, soriasis, arteriosclerosis, anemias, embarazo, lactancia, crecimiento, convalecencias y debilidad inmunológica.