¿Qué son los ácidos grasos?

Son componentes que se encuentran en las grasas y los aceites. Pueden ser saturados, grasas de origen animal cuyo consumo excesivo eleva el nivel de colesterol en sangre, o insaturados, que ayudan a controlar ese nivel y tienen muchas ventajas para nuestro organismo, pero deben ingerirse en la dieta porque no los “fabricamos”.

¿Para qué sirven?

El organismo necesita el ácido graso omega-3 para trabajar correctamente. Entre las principales funciones del ácido linolénico se encuentran las siguientes:

  • La formación de las membranas celulares.
  • La formación de las hormonas.
  • El correcto funcionamiento del sistema inmunológico.
  • La correcta formación de la retina.
  • El funcionamiento de las neuronas y las transmisiones químicas.

¿Qué beneficios tienen?

El consumo en la alimentación de ácidos grasos esenciales, los omega-3 y los omega-6, en un adecuado equilibrio y cantidad contribuye a estabilizar el metabolismo de las grasas en el organismo, así como interviene en otros muchos procesos orgánicos. Gracias a ellos, el metabolismo de las grasas (concretamente del colesterol) su cantidad y su transporte se corrigen particularmente, reduciendo el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Concretamente intervienen en la reducción del colesterol transportado en lipoproteínas de baja densidad (sobre todo las partículas más pequeñas y densas, y de mayor peligro, el “colesterol malo” o LDL), y facilitando el aumento de las lipoproteínas de alta densidad (el “colesterol bueno” o HDL) que limpia las arterias en vez de deteriorarlas. Tienen, además, un papel en el funcionamiento normal del endotelio (el tapizado interior de las arterias del organismo) en cuyo seno se producen las lesiones de la arteriosclerosis.

Los omega 3 nos protegen de algunos tumores (de mama, colón y próstata), pero también reducen las enfermedades cardiovasculares, mejoran la artritis reumatoide y las enfermedades inflamatorias del intestino. Además, son beneficiosos para algunos problemas oculares, como la degeneración macular. Asimismo, los especialistas les atribuyen un papel positivo en la depresión y el trastorno bipolar, y en patologías respiratorias (asma) y en la fibrosis quística.

¿Son buenos para el corazón?

Contribuyen al buen funcionamiento del sistema cardiovascular. En los años 50, los médicos observaron que los esquimales de Groenlandia, grandes consumidores de pescados grasos, sufrían muy pocos infartos. Desde entonces, numerosos estudios científicos realizados en todo el mundo han demostrado que la ingestión de alimentos ricos en ácido linolénico o complementos que contengan este principio rebaja los trigliceridos, disminuye el colesterol , previene la formación de coágulos en las arterias al impedir la agregación plaquetaria y disminuye la presión arterial. En general fluidifica la sangre y protege contra los ataques cardíacos, apoplejías, derrames cerebrales, anginas de pecho, enfermedad de Raynaud, etc. Por otra parte, la función cardioprotectora viene además acentuada por la capacidad de estos aceites para incrementar las transmisiones eléctricas del músculo cardíaco por lo que regularizan el ritmo y previenen enfermedades como las arritmias.

Propiedades anticancerígenos:

La inclusión de alimentos o complementos ricos en este componente protege contra la aparición de ciertos cánceres, especialmente el cáncer colon, el cáncer próstata y el cáncer de mama. Además pueden reducir el tamaño de los tumores, al impedir el crecimiento de las células cancerosas o evitar que estas. mediante metástasis, se reproduzcan en alguna otra parte del organismo. En el cáncer de mama estos ácidos inhiben la acción de los estrógenos que son los causantes del desarrollo de tumores en el pecho.

Propiedades antiinflamatorias:

Se ha comprobado que el ácido linolénico tiene propiedades antiinflamatorias en enfermedades de las articulaciones . Por ello los alimentos , o, especialmente los suplementos, pueden ser muy adecuados para rebajar la inflamación y aliviar el dolor en enfermedades como la artritis reumatoide. La utilización de complementos que contienen ácido linolénico puede constituir una alternanativa natural al tratamiento convencional de la artritis reumatoide. Parece ser que este componente reduce los niveles de prostaglandinas que son las responsables de muchos procesos inflamatorios.

Enfermedad de Crohn:

Las propiedades antiinflamatorias del omega-3 pueden aprovecharse para el tratamiento de la enfermedad de Crohn, una inflamación crónica del colon.

Dolores en la menstruación:

De igual manera puede ayudar a disminuir los dolores producidos por la menstruación.

Salud mental:

La ingestión de estos ácidos puede ayudar a mantener el equilibrio mental y evitar o mejorar los la depresión o servir de ayuda en el tratamiento de enfermedades como la esquizofrenia.

¿Son mejores que los omega 6?

Sí, aunque éstos también son buenos para nuestro organismo: ayudan a proteger la piel, a reducir el colesterol y a que la sangre coagule debidamente. Puedes encontrarlos en los aceites de girasol y de maíz. El problema es que una proporción demasiado alta de omega 6 respecto a los omega 3 altera el equilibrio de la coagulación y favorece la formación de trombos, causantes de infartos o derrames cerebrales. Una mayor ingesta de omega 3 contrarresta este problema.

¿Nuestra dieta tiene suficientes?

Los cambios que ha experimentado nuestra forma de alimentarnos en las últimas décadas, con la incorporación de muchos alimentos elaborados y precocidos, unidos a un menor consumo de ácidos grasos insaturados, han causado que el aporte de estos ácidos sea insuficiente. Habitualmente ingerimos grasas de origen animal que de origen vegetal, lo que aumenta la ingesta de grasa saturada, y se consume de 5 a 10 veces menos alimentos con omega 3, vitaminas, antioxidantes y fibra dietética.